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Cómo reducir el dolor de rodilla después de correr
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La mayoría de corredores someten su cuerpo a esfuerzos extremos al recorren miles de kilómetros en sus entrenamiento para competir en largas distancias. Es por ello, que todos han sufrido alguna vez en su vida dolor de rodilla tras correr. Para algunos, las bolsas de frío son parte de su rutina al acabar la carrera, pero otros siguen aguantando el dolor y esperando a que se pase sin aplicar remedio alguno.
Desde FUTURO™ proponemos prevenir las molestias desde un principio, ofreciendo soportes para las rodillas al realizar ejercicio. La mejor forma de hacerlo consiste en estabilizar la rodilla y garantizar la seguridad del movimiento.
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Mantenga todas las articulaciones estables y fuertes para evitar lesiones
Cuando caminamos o corremos, nuestros pies, tobillos, rodillas y caderas trabajan coordinados para impulsarnos hacia delante. Si una parte del cuerpo está débil o lesionada, o si entrenamos de forma incorrecta, corremos el riesgo de descolocar nuestra cadera de su posición natural y dejar la puerta abierta a posibles problemas y lesiones por todo nuestro sistema locomotor.
Si después de correr, ya sea entrenando o en una carrera, le duelen las rodillas, no tiene por qué aceptar las molestias como parte de la rutina. Tome medidas para mejorar su forma de correr. Acuda a entrenador o un especialista en lesiones deportivas para que evalúe su pisada y su técnica y, después, póngase manos a la obra para resolver cualquier problema. Pida a su entrenador que le recomiende ejercicios de estabilización con los que evitar o mitigar el dolor de rodilla asociado con correr. Si no tiene acceso a consejo profesional, busque en fuentes de información como la revista Runner’s World ejercicios clásicos de estabilización que puedan ayudar a reducir el dolor de rodilla y tobillo.
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El uso de soportes articulares también puede ayudar
Cuando se usan adecuadamente, los soportes articulares como la Rodillera estabilizadora FUTURO™, proporcionan el soporte y la estabilidad necesaria para desplazarse de forma segura. Por supuesto, las lesiones agudas requieren atención y tratamiento profesional, al igual que el dolor articular crónico. Su médico o entrenador puede recomendarle cual es el nivel adecuado de compresión y aconsejarle sobre cómo y cuándo usar una rodillera. Si busca un soporte adicional mientras entrena con una lesión de rodilla, las rodilleras sin prescripción médica pueden proporcionar la estabilidad necesaria para proseguir con su rehabilitación.
Si sus rodillas están sanas y no sufre ningún dolor, también es importante que trate de mantenerlas así. Para ello, actúe de manera proactiva con ejercicios estabilizadores diseñados para reforzar los músculos y tendones asociados a la articulación de la rodilla. Un tejido conectivo fuerte proporciona la mejor sujeción posible de la rodilla para correr.
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FUENTES
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